No nos acordamos de ellos más que en verano, cuando nos pintamos las uñas porque llevamos sandalias. Pero los pobres se pasan todo el invierno dentro de calcetines, medias, zapatos, botas... y luego nos quejamos de que nos duelen, sudan y huelen. Hay que prestarles un poco de atención ya que lo que al principio no es más que un problemilla se puede convertir en un problemón: uñeros, grietas, ampollas, callos... Y la verdad es que no son muchos los cuidados que exigen, yo hago este proceso de manera habitual y me va muy bien:
- Relajarlos en agua (dedica bastante tiempo a esta parte): me gusta poner agua de templada a calentita y meter los pies un buen rato. Al agua le puedes echar un chorrito de gel, unas sales aromáticas, un poco de aceite especial o un producto natural como unas rodajas de limón o unos pétalos... cualquier cosa que te relaje, en mi caso es la lavanda, adoro ese olor.
- Antes del proceso de secado y para que queden completamente limpios (sólo con la esponja puede no ser suficiente) conviene usar una exfoliante. Eliminarás la suciedad de manera más profunda y las células muertas, puedes hacer lo mismo con los codos. Masajea un buen rato para que penetre bien el producto con las manos o con un pequeño cepillo, a la vez te servirá para activar la circulación.
- Si tienes problemas con las durezas ponle solución ¡¡YA!! que son muy molestas. Hazte con una buena piedra pómez pero no restriegues en exceso mejor haz movimientos circulares. Y ya puedes secarte con una toalla suave e insistiendo entre los dedos.
- Lo último que yo hago es hidratarlos. Busca en el mercado una crema o fluido hidratante de base oleosa o con lanolina y deja que el producto penetre bien. Cuando tengo mucho tiempo me gusta meter los pies en unos calcetines bien gordos, me tumbo en el sofá y meto dos cojines debajo (poner los pies en alto a menudo es muy bueno para activar la circulación, sobre todo si trabajas muchas horas de pie), a la media hora me los quito y si no ha penetrado todo el producto me quito el sobrante. Puedes acostumbrarte a hacer algunos ejercicios cuando estás sentada viendo la tele: unos sencillos movimientos rotatorios, mover los pies arriba y abajo o estirar y encoger los dedos...
Sobre todo debes prestarles especial atención cuando: notes sequedad en los talones, cuando los notes doloridos y como con hormigueo, si sientes hinchazón o sensación de ardor, si te dan calambres a menudo o si sientes los dedos como rígidos.
Existen en el mercado unos rodillos que son buenísimos para un masaje rápido, si te gusta esa sensación puedes ponerte unas plantillas que hay especiales así estimularás la planta del pie al andar o correr. También hay unos aparatos de vibración (algunos con agua) que dan un masaje más intenso, son un poco caros y la sensación que producen no gusta a todo el mundo ya que es intensa.
Cambiando de tema: cuando vayas a la zapatería no te dejes llevar sólo por la moda olvidándote de tu número apropiado o del tipo de horma que necesitas. Los zapatos de punta redondeada y tacón grueso de unos cuatro centímetros son, según algunos estudios, los más apropiados para que el pie no sufra en exceso, tampoco es bueno abusar de los zapatos totalmente planos.
Bueno, os dejo una foto de los productos que yo uso:
De izquierda a derecha: crema para pies de Neutrógena que evita la sequedad y las grietas, exfoliante para pies de Yves Rocher con cepillito, esponja super-suave de Mercadona, piedra pómez, aceite de lavanda de Yves Rocher para dar masajes y un spray antitranspirante de Byly. Los demás producto son de pedicura que vendrá en la segunda parte del artículo que ya dejo para mañana. Espero vuestros comentarios...
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